El verano es calor, diversión, pero sobre todo libertad. Es tiempo de explorar, hacer nuevos amigos, relajarse y disfrutar de la naturaleza. ¿Tu hijo es de los que aprovechan al máximo las vacaciones o está continuamente pegado a la pantalla? ¡Buenas noticias!, os vamos a dar una serie de consejos prácticos para que tú y tu familia paséis un gran verano sin necesidad de viajar o gastar mucho dinero. Lo único que necesitas es un poco de tiempo.
1. ¡Fuera estrés!
Para empezar, ten en cuenta este aspecto. Los niños captan todos los estados de ánimo de los padres por lo que si tú estás estresado, tus hijos también; de hecho lo manifestarán a través de acciones como pelearse entre ellos o estar alterados. Una actitud positiva por vuestra parte creará un ambiente relajado en casa. Piensa que es muy importante el descanso y la desconexión, pero en ningún caso te olvides de buscar un equilibrio para que a la vuelta a la rutina podamos decir que las vacaciones han sido productivas.
2. Haz algo diferente y divertido cada día
Correr por los aspersores en bañador, dar un paseo por el campo, hacer una carrera de relevos, mirar las estrellas tumbados en una toalla, hacer algún postre o manualidad ¡hay un sinfín de actividades que podéis realizar! Haz al menos una cosa diferente cada día para conectar con los niños y pasar tiempo en familia.
3. Establece un horario
Algunos estudios han demostrado que los niños se estresan durante el curso a causa de los horarios del colegio, los deberes, las actividades y las interacciones sociales. Necesitan tiempo para relajarse y no hacer nada pero también es preciso que su día esté planificado porque así sabrán qué esperar. Por ejemplo, si todas las mañanas hacen los deberes, ordenan la casa, se bañan en la piscina y luego juegan, sabrán que van a tener un tiempo fijo para hacer lo que más les gusta.
4. No existe la palabra “aburrimiento”
Cuando se tiene mucho tiempo libre y no se gestiona bien es normal que en determinadas ocasiones, el niño pronuncie las palabras mágicas: “me aburro“. Para evitar llegar a este punto proponemos crear un buzón “quita-aburrimiento” donde, poco a poco, podéis ir metiendo propuestas de actividades para hacer en los ratos muertos. Piensa que, al fin a al cabo, estos momentos pueden ser una excelente ocasión para estimular la creatividad y la imaginación, algo que a la larga fomentará su desarrollo como personas.
5. Controla el uso de la tecnología
Hay que tener en cuenta que las pantallas, ya sean de móviles, ordenadores, tablets u otros dispositivos, tienen un poder especial para atraparlos. Todos sabemos que un exceso de tiempo frente a las mismas no es precisamente lo que un niño necesita, ya que puede ser perjudicial para su salud, interferir en su desarrollo y fomentar adicciones.
Es por ello que hay que administrar su uso, lo más conveniente sería “una hora por la mañana, una hora por la noche”. A veces esto resulta una tarea complicada ya que no es posible estar controlando todo continuamente con un reloj o cronómetro. Sin embargo, podemos involucrar a los niños y formularles preguntas como ¿cuánto tiempo llevas con el dispositivo? ¿crees que es hora de salir?, de esta manera aprenderán a autocontrolarse. Cuanto más limites las pantallas, más creativos se volverán.
6. Apunta a tus hijos a alguna actividad nueva
Puede que ya asistan a algún campamento urbano. De no ser así, el verano es un momento perfecto para apuntarlos a aquello que siempre les ha llamado la atención pero nunca han podido hacer por falta de tiempo. Puede ser un taller de pintura o de escritura creativa, clases de defensa personal o de equitación. ¡Cualquier opción es valida! Esto activará el desarrollo cerebral y ayudará a tu hijo a concentrarse y a controlar sus impulsos y frustraciones. Seguro que cerca de casa se organizan todo tipo de actividades veraniegas para niños de todas las edades, tan solo hay que informarse. Eso sí, hago lo que haga hay que mostrar implicación en la tarea.
7. La lectura como fuente de entretenimiento
Un verano sin libros, no es un verano. La lectura es una puerta abierta a la imaginación, sirve para pasar el tiempo, aprender, soñar y, además, les da a los niños una alternativa a las pantallas. Es fundamental para el desarrollo del lenguaje oral y escrito. Si tenéis alguna biblioteca cerca de casa, sería una buena idea que se hiciesen el carné y que fuesen ellos mismos a sacar y devolver libros.
8. Crea un álbum de recuerdos o un diario de verano
Puedes crear un álbum con todas las fotos que vais sacando durante las vacaciones. Al final del verano podréis verlo todos juntos y hacer una celebración. Os servirá para rememorar todo lo que habéis hecho y comentar cuáles fueron vuestros días favoritos.
Además podéis proponer a los niños que hagan un diario de verano. Esto les ayudará a desarrollar su lenguaje escrito compartiendo cada día lo que han hecho y cómo lo han pasado.